viernes, 7 de septiembre de 2012

Viaje Fantastico y Misterioso.


Un Lugar sin Igual. La Chona, Nuevo León.
Hoy recordaremos un majestuoso viaje por las míticas y majestuosas carreteras del sur de Nuevo León.  Por donde en 1914 a 1921 hubo mucha actividad en el movimiento revolucionario por estas tierras. Específicamente en Galeana, Nuevo León.
Fue un día de enero del 2002 estaban a punto de terminar las vacaciones de invierno en la preparatoria, cuando recibí una llamada de mi amigo Israel, diciéndome que si queríamos ir a su rancho, que el viaje seria muy largo, pero un camino distinto e inigualable como otros que habíamos efectuado.
No quise demorarle el tiempo, porque hablaría a los demás, contestándole un rotundo si, comentándome, oye llévate una buena chaqueta y una buena cobija porque el frio allá esta cabron y corta, si, corta.
Entonces con lo friolento que soy, si definitivamente me lleve 2 chaquetas puestas y llevaba 2 cobijas mas, en fin, no era para menos, estábamos a 2 grados en Monterrey, cosa que llegando hacia el sur, entrando a la Sierra del Potosí en Galeana, la temperatura empezó a descender un grado por cada 300 metros sobre nivel del mar que subíamos.
Cosa que no nos intimidaba en lo mas mínimo, un viaje majestuosa al ver toda la cordillera de la Sierra Madre Oriental en su máxima expresión, a unos 3980 metros sobre el nivel del Mar,y haciendo un frio como nunca lo había sentido. Quemando y traspasando toda ropa que estuviera protegiéndome.
La visión cambio de repente, cuando llegando a la sierra de Iturbide y Galeana en el entronque muy famoso del labrado de piedra, encontramos a gente muy humilde cargando leños de la sierra, bajándolos para vender en la avenida, dentro de mi primer impresión fue al ver que , la gente nos miraba en un sentido que poseíamos todo, pero al a vez nada, gente muy humilde, demasiado trabajadora a mi gusto, me remonto a la época de las crónicas de la Revolución Mexicana, como si mi cuerpo en algún momento hetereo se hiciese virtud y navego décadas hacia atrás para remontarme en la misma.
Hacia 3 grados bajo cero, había hielo cubriendo la carretera, soplaba el viento en la sierra como si Dios nuestro señor estuviese enojado, nosotros paramos hay, porque alguien de nosotros íbamos hacer nuestras necesidades, una vez efectuado, recuerdo que fui a saludar a Don Jacinto, un señor de aproximadamente 84 años en ese momento, duro de roer, era un nogal bien hecho y derecho, fuerte con ojos verdes y su piel quemada del trabajo duro diario. Un viejón en toda la extensión de la palabra comentándome de donde veníamos y diciéndole que éramos de la ciudad, que veníamos a vacacionar a la Chona y de paso al Salto, recuerdo su mas fiel sonrisa, una sonrisa que jamás olvidare, muy sencilla y honesta, cosas que en la ciudad ya no encontramos el día de hoy.
Ese día don Jacinto me dio un taco de harina, uno de los mas ricos que jamás haya comido en mi vida, de frijol, riquísimo, a cambio le di 50 pesos, cosa que el agradecido y con el orgullo regio de no aceparlo, al final accedió, y procedió a levantar una plegaria y bendijo nuestro camino.
Aun faltaban 3 horas de camino, entrándonos cada vez mas a zona boscosa, una zona que jamas en la vida pude yo imaginarme, hermoso, respiraba oxigeno puro literalmente, mis pulmones se limpiaron por primera vez, observando una naturaleza y una vegetación sin igual, era un paisaje que ni en cuentos de aventura o épicos pudiese imaginar, una entrada inigualable, una entrada al universo boscoso de nuestro bello estado.
Casi llegando al mítico pueblito de la Chona, en Arramberri Nuevo León. Nos reciben unas cabras y a lo lejos veía gente por doquier labrando la tierra, otros cortando leños, otros haciendo dulces de leche de cabra, y la gente haciendo sus frijolitos en olla a la leña y preparando las tortillas de harina, muy peculiares de nuestra tierra.
Era la primera vez que pisaba un pueblo mágico, un pueblo que me recibía con los brazos abiertos, un pueblo que sin conocerme, ni saber si era buena persona o no, habrían su corazón al por mayor.

Entendí que así era la gente de rancho, la gente humilde que el México tiene olvidado, el México que no saben que existen miles y miles de rancherías en esta situación, el México que es silencioso, el México que te retrocede como si fuese la Revolución, el México que carece de todas atenciones, el México que los diputados y senadores desconocen en su totalidad, el México que aclama por una atención, el México que deberíamos de conocer todo mexicano y que este dispuesto a cambiar la mas mínima esencia de esos pueblos, que son tan ricos en educación moral y educación familiar.
La primera impresión fue bien recibido, me comentaban que si podía ayudar a explicar unas cosas en la escuela primaria, que no llegaba ni a escuela, sino a salones semiterminados, sin pizarrones, sin luz, ni agua potable, una sensación paupérrima, pero con la alegría de alguien de afuera les explicase una lectura o una anécdota revolucionaria o científica.
Después de ello, nos recibió doña Cuquita, la señora mas animosa, afable y con unos principios sin igual. Nos invito a pasar a su humilde casa, un tejaban de 4 x 4, de tierra  y tejas en la azotea, con una estufa a la antigua, de adobe y con los leños a su máxima expresión, maseando y haciendo las bolitas de las tortillas que ya ansiaban llegar a las brazas, colgando unos frijoles a la leña, que jamás en mi vida había probado.
En eso doña Cuquita amablemente nos dice, muchachos vallan atrás y saquen los huevos que tengan las gallinas. Válgame Dios, fue la primera vez que veía una situación tan orgánica que, mi primer remordimiento fue preguntarle, Doña Cuquita pero usted ya no tendrá para el día de mañana? Y me contesto. No, pero Dios proveerá.
Entendí sus máximas palabras en una extensión sin igual, la gente mas humilde otorga y da con las manos abiertas, una situación que jamás mi corazón olvidara, una expresión facial de felicidad, aun sabiendo y no conociendo a estos aventureros citadinos, abrió su corazón.
Sirvió los frijolitos y los huevos, machacando una salsa natural, de chiles verdes recién cortados de la planta, picosa, pero con un sabor sin igual, fue la primera vez que disfrute un huevo, unos frijoles y unas tortillas, las mas ricas que jamás haya comida hasta ese momento de mi vida.
Lo mas grandioso, comerlo con mis amigos, vivir la aventura mágica del viaje, a un lugar sin especulaciones comerciales, ni poses, ni avaricias, una sociedad que vive al día a día. Una sociedad que solo se encomienda a nuestro señor Dios y agradece la comida del día a día.
Definitivamente que mis amigos y yo aprendimos de estos viajes. Aprendimos a encontrarnos y ser nosotros, lo que ahora somos, la diferencia entre el ser avaro y el ser humilde. Una ambigüedad que solo Dios sabrá diferenciar,  que el citadino no comprende por las comodidades que otorga la misma. Una vida que solo Dios da aquella gente que sabe amar de corazón abierto.
Unas tierras inigualables, unas tierras tocadas por Dios, unas tierras que el mas rico quisiera vivir, en un bosque natural, plegado de virtud y valores, un lugar donde el mas rico se hace pobre para vivir una experiencia que marcara la vida para siempre.
Dios es grande y Dios es muestra de trabajo y fe. Dios da a quienes mas lo necesitan.
Dallock Garza.
La Chona, Nuevo León. A 22 de Enero del 2002.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

La acepción de la Historia.

Hablar de la historia es hablar de hechos, acciones u omisiones pasadas que pueden ser el espejismo o similitud en las acciones presentes, esto ocurre cuando no se tiene la precaución de estudiar la historia, escudriñarla y sobre todo entenderla y aterrizarla para que ya no produzca un efecto negativo en el presente.

Como lo dijo una vez el gran sabio: “El que no conoce su historia esta condenada a repetirla”

Es muy clara ver el silogismo y acepción de la frase, la historia se hizo para aprender de ella,  actuar y jamás tomar ese rumbo, teniendo acciones negativas o positivas, el tiempo se consuma y es evolución, la evolución provoca hambre y esa hambre carcome la ignorancia que esta sumergida nuestra población.

Alguien me comento el día de ayer que estaba muy triste, porque sus alumnos de preparatoria específicamente en el rubro de historia, no tenían la más mínima idea de donde estaban parados.

Respecto al tema es muy claro sin atar conjeturas o atarse a una cadena sin salida, la historia empieza por la casa, si al pueril de la familia le entra la curiosidad de saber, cual es el origen del nacimiento de su papa, que hizo su papa, donde conoció a su mama, la mama porque decidió estudiar eso, de donde proviene sus abuelos, etc. Etc., es el indicio de un buen comienzo, solo el infante comprenderá de manera indirecta la historia.

Posterior a ello si los padres de familia le enseñan con amor a comprender la importancia de saber los primeros indicios de nuestra nación, el niño por consiguiente crecerá con ese amor, si le agregas el valor agregado de ratificar que el niño se impregne en su educación elemental de la importancia de la historia, crecerá el índice del gusto por la misma.

Maestros, profesores, pónganse a trabajar la educación elemental es paupérrima, es triste ver que a los profesores de Primaria y Secundaria no sepan ni si quiera los ríos principales de México, ni sus Volcanes, las capitales de los estados, etc., es lo que enseñan y predican, ignorancia.
Juzguenlo ustedes?

lunes, 3 de septiembre de 2012

La "Escritura" Una Actividad Milenaria.


"La escritura no es producto de la magia, sino de la perseverancia."
Richard North Patterson


El escribir es recitar, el escribir te permite hablar, el escribir te permite analizar, el escribir te permite aprender, el escribir te permite a equivocarte y seguir adelante, el escribir te permite actualizarte, el escribir te permite a seguir adelante, el escribir te permite a amar.

Y así podemos seguir con todas las acciones positivas del verbo “escribir” recitar o hablar en primera persona pasiva (osease tu, junto con un lápiz y un papel), solo el escritor en facto sabe de lo que hablo, realmente respeto a la persona que se toma 10, 15 minutos al día o mas para efectos de llevar esta actividad, que realmente enriquece en su totalidad, cuestiones neuromotoras.

Cuando el músico, escribe la música, es llegar a interpretar una imagen sensorial en el universo que queda plasma directamente a la ejecución de las cuerdas.

Y así podemos seguir definiendo lo que es el “escribir”.

"La felicidad que pruebo cuando compongo es el mejor tiempo que paso de mi vida. Pasar los días sin darme cuenta, parecerme las horas cortísimas y maravillarme a menudo de tanta felicidad pasional"

Los primeros sistemas de la escritura a finales del IV milenio a. C. no se consideran una invención espontánea, pues se fundamentan en viejas tradiciones de sistemas simbólicos que no se pueden clasificar como escritura en sí mismas, pero que sí comparten muchas características que recuerdan a aquélla. Estos sistemas se pueden describir como protoescritura y utilizaban símbolos ideográficos o mnemónicos que podían transmitir información, si bien estaban desprovistos de contenido lingüístico directo. Estos sistemas aparecieron al principio del periodo neolítico, ya en el VII milenio a. C. si no antes (Kamyana Mohyla). (Fuente WIKIPEDIA)

Si nos adentramos directamente en la historia de del tópico  presente, es entablar un estudio arduo que no es el tema en esta ocasión, sino la grandiosa actividad que es el escribir.

Lo triste al caso es que en la actualidad de 100 personas que estén activas y que tienen la habilidad de escribir xs o y cosa, solamente 2 lo efectúan, es la tristeza de lo paupérrimo en lo que se encuentra en la actualidad esta actividad.

Imaginado en los siglos I al XIX la escritura únicamente era para unos cuantos, solo los letrados o gente acomodada y rica tenían la dicha de “escribir” y si, efectivamente es a escritura mas bella que he visto en la practica (vista desde los escritos que podemos encontrar en los museos).

De antemano el presente post es para aquellas personas que se atreven a expresar a través de la “escritura” todos sus sentimientos y toda lo que en lo plasmado enriquecen a diario a los lectores.

Su amigo.

Dallock Garza