Cd. de México, una ciudad Gigante, una ciudad Cosmopolita, una ciudad que alberga el Distrito Federal, una ciudad que alberga los poderes de la Unión, una ciudad que alberga una gama de identidades y folclores a la máxima expresión, una ciudad con una gastronomía única plegado de lo anteriormente expuesto, una ciudad imponente, una ciudad magnificente, una ciudad cosmopolita, una ciudad tan grande y una ciudad sin identidad.
Dentro de mis estudios elementales de historia, siempre se ha hablado de la cd. de México, centro del poder de los Mexicas, un imperio como ningún otro. Se habla de la importancia de convocar a los más grandes arquitectos e ingenieros civiles para galardonar la ciudad, hacerla habitable y sobre toda las cosas cómoda.
Ahora que estuve en la ciudad más grande de Latinoamérica, me encontré con los problemas que siempre han achacado a los transeúntes foráneos o extranjeros, el mal de altura, una ciudad como ningún otra con capas y capas de contaminación, mis ojos no aguantaban el ambiente, la altura golpeaba y acechaba mi cuerpo, descompensación total de líquidos y por consiguiente mi salud se deterioro en esos momentos, pero sobre todo contento de estar de nueva cuenta pisando la cd. de México, la ciudad que alberga lo inalbergable.
Platicando con gente viajera, les comentaba que imponía la presencia de la misma ciudad, seria tal vez por la visión de la edad (aproximadamente 10 u 11 años la última visita, no contando los conciertos de McCarney) que todo es grande, ahora con mi ojo visor, con mi sensación, la vi pequeña, no vi esa inmensidad, no vi esa magia, no vi lo que la algarabía mexicana representa, no vi el folclor, no vi esa sensación cuando era pequeño.
Caminando poco a poco y yendo hacia el cerro del Chapulin, específicamente al Castillo de Chapultepec, esperaba con ansías el momento, como un regocijo sin precedentes, al verlo fue una sensación de alegría y de desilusión, no lo vi como lo esperaba, no lo vi como aquellos momentos mágicos, en los que me acompaño mi viejo, y explicándome los acontecimientos históricos del mismo, fue mágico, ahora fue normal, había sido colorido el recorrido, ahora fue por cumplir y pasar las horas, sin intensidad, no vi nada que realmente me llamara la atención o me importara.
Tal vez el ir aprendiendo y comprendiendo un poco mas de tu historia mata toda imaginación e ilusión de cuando estas huerco, eres más pragmático y realista, no sé si sea bueno, pero la verdad es lo que te dicta tu corazón, y a la corazonada no hay ningún arma que pueda con el latido del corazón.
Cd. de México, una ciudad sin identidad, una ciudad que alberga a casi 23 millones de cabrones, de todas partes del país, de otros países, de distintas comunidades, de diferentes tipos de especímenes, de distintos toques pintorescos.
Cd. de México, la historia te ha puesto como la cede y base de los poderes de la Unión, te ha puesto en el centralismo que ha prevalecido por siempre, desde 1523 hasta 2011, te ha puesto en la mira y en el juzgo de la sociedad, te has colocado como la ciudad imponente ante todas las demás, se te ha colocado como la ciudad subsidiada, la ciudad sin identidad social, la ciudad de todos, la ciudad de la esperanza, la ciudad que alberga los 5 siglos de historia de nuestra patria.
Cd. de México, 23 millones de habitantes, cede de los poderes de la Unión, nuestra capital, la ciudad de la esperanza…………
