viernes, 27 de enero de 2012

LA VIDA EN EL CAMPO. UN TOPICO MAGICO.

Hoy dentro de los tópicos más selectos y hermosos que puede tener el ser humano sencillo, humilde, común y corriente , alejado del materialismo puro que genera la tecnología y los nuevos aditamentos del presente nocivos y enfermizos, no hay nada mejor que salirte de la realidad social actual, con masivos de emoción de Dióxido de Carbono y Monóxido de Carbono llenado las ciudades de estrés, sin sensación alguna, con la tecnología al pie de el cañón, sin alguna interacción con la naturaleza, si , la naturaleza que hace que el ser humano no pierda esa calidad.
El campo, es definido según Wikipedia como:
El espacio abierto rural, que se utiliza para el cultivo, la pastura, la ganadería y otros fines agropecuarios.
El campo a lo largo de la historia siempre ha sido parte del ser humano, es inherente a él, o mejor dicho, el humano se adhirió a él, por cuestiones naturales de supervivencia.
Si nos remontamos a las primeras civilizaciones, la utilización de la tierra, empieza a ser un factor, para el crecimiento económico, político y social de un clan, que posteriormente con el asentamiento del sedentarismo, y el crecimiento poblacional, hacen que, la tierra empiece a tener un factor económico funcional y primordial para la vida misma.
No entrare en conceptos históricos de pertenencia o del origen filológico y etimológico de la misma palabra que versan esta pequeña reseña, sino la importancia que es ver a nuestros ancestros contarnos sus historias referente a la misma, un tópico que, naturalmente siempre ha sido parte de la misma pertenencia del hombre para el hombre, aunque, la misma, se haya distorsionado con el paso de la historia, bajo los esquemas del caciquismo, latifundismo.
Hablar del campo, es hablar de humildad, no en el sentido estricto o amplio de la misma palabra, sino de la fuerza natural que siempre al día a día a esa labor, muy respetada, hecha para el hombre común y trabajador, el hombre habido de alimentarse, al hombre cuya sensación de supervivencia aprende a cosechar, aprende a regar, aprende a ser parte de la misma tierra, del mismo campo, de un mismo mundo, de un mismo planeta.
Platicando en una noche que parecía ser común, se transforma como siempre se ha transformado las grandes charlas a través de mi persona, con otras personas más grandes que un servidor, con un tópico especial, que es el campo, recordando grandes personajes como Don Jacinto de Rayones, a Don Erubiel de Montemorelos, por tocar algunos cuantos, y ver su rostro que cambia de una manera que es indescriptible, al ver su rostro que se llena de magia y de una naturaleza limpia, que su propia alma, vuela a los rincones más inhóspitos de este universo, simplemente se resume a la simpleza de una vida llena de magia, una vida de campo, en donde el aire es mágico y puro, donde el tiempo es ordinario y común, donde la vida se vive al dia, donde aprendes a recitar y convivir con los elementos más básicos aportados por nuestro creador DIOS, a la vida misma del ser humano, ese es el campo, una palabra que su simpleza, abarca grandeza, donde el universo es uno, en donde las estrellas se ven con su máximo resplandor, en donde el sol, nace como el rey que es, donde los animales, viven orgullosamente, en donde el humano, habita sin temor alguno, en donde el humano es humano, sin rodeos ni falsedad, donde el humano es único y sencillo, en donde el humano, da la mano, en donde el humano, muestra sus carencias, donde el humano une esfuerzos para poder convivir al máximo, en donde la vida es ordinaria, única, afable, apacible, pero también dura, en donde el hombre logra esa condición de hombre, honesto, férreo y afable.
Quiero agradecerle a mi padre, por siempre educarme con los mas amplios valores, de la sencillez y humildad, en lo que se define un ser de campo, natural.
Agradecer la pasión, que le ha impreso mis abuelos para tener una vida mejor, alejada de sus más grandes convicciones, pero que la vida misma le hizo migrar a una ciudad que contempla miedos, hipocresías y falsedades, en donde el ser humano deja de ser humano, en donde pierde toda condición humana, en donde la vida misma, se va con el tiempo , ese tiempo que no perdona errores, ese tiempo que carcome la naturaleza misma del hombre, un tiempo manchado por la irreverencia de nosotros mismos de no saber respetar, a la naturaleza misma y al ser humano en su máxima condición.
Agradecer a cada uno de esos señorones que a lo largo de mis cuantiosos viajes, me han inculcado el amor al campo, a esos relatos efectuados, con pasión, con sutileza y humildad, a esas personas que, yace de su rostro una sonrisa al hablar del mismo, el campo.
Agradezco infinitamente los relatos emanados de mis abuelos, Cristi (qepd), Mari y mi señorón Raymundo (qepd), de su vida dura , de su vida complicada, de su vida precaria pero feliz, siempre humildes pero con el corazón puro, con unos valores inigualables, unos valores que siempre serán recordados de generación en generación.
Dallock Garza.
Monterrey, Nuevo Leon, 27/1/2012 1:13 am



1 comentario:

  1. Con tus palabras me hiciste recordar cosas hermosas del campo, imagenes de infancia, travesuras y sobre todo las mejores enseñanzas de mi vida

    ResponderEliminar